José Ignacio Checa y Barba, Arzobispo de Quito
Agosto 4, 1829 - Marzo 30, 1877
ARZOBISPO DE QUITO.- Nació en Quito el 4 de Agosto de 1829, hijo primogénito del Coronel Feliciano Checa y Barba, prócer del 10 de Agosto de 1809 y vencedor de la campaña de Pasto, y de su prima hermana Alegría Barba y Soria, quiteños.
Realizó los primeros estudios en la escuela regentada por los padres Mercedarios donde fue discípulo de Buenaventura Proaño, Pasó a la Universidad y tomó Gramática Latina, cursó Filosofía en el Seminario de San Luis y el 22 de Octubre de 1845 obtuvo el grado de Maestro.
Por esa época recibió la primera tonsura y siguió cursos de Teología Dogmática con el mercedario Mariano Boria. Moral y Derecho Canónigo con el Dr. Agustín Salazar y Civil con el Dr. José Parreño en el mismo Seminario, siendo bedel de sus compañeros de aula. En 1850 estudió con tos padres jesuitas que acababan de llegar al país expulsados de Colombia. El 8 de Septiembre de 1851 obtuvo el doctorado en Teología con cinco "A".
El lo. de Octubre culminó sus estudios en Ciencias Sagradas y siguió Derecho Civil hasta el 5 de Diciembre de 1854 que se graduó de Doctor.
El Arzobispo Garaycoa lo ordenó sacerdote el 4 de Marzo de 1855 y el 5 de Mayo cantó su primera Misa en el Santuario del Quinche.
Poco después fue capellán de las monjas del Convento de Santa Clara y profesor suplente de Teología.
En 1859 viajó a Roma enviado por el Arzobispo Garaycoa, al colegio Latinoamericamericano fundado por Pió IX y dirigido por el sacerdote chileno José Ignacio de Eyzaguirre quien le facilitó el ingreso a la academia de Nobles que se decían "Monseñores", donde estudió diplomacia eclesiástica y se relacionó con personajes notables. Pronto su casa se convirtió en sitio de reunión de los Obispos sudamericanos.
En 1861 pidieron dé Roma su nombramiento y la Convención Nacional lo designó Obispo Auxiliar de Cuenca con residencia en Loja, siendo consagrado en Roma, en la lglesia de Jesús, por el Cardenal Altieri, protector de la Academia Eclesiástica de Nobles.
El 9 de Mayo de 1863 regresó al país, viajó a Loja, tomó posesión de su sede y construyó el Seminario. Poco después file electo Diputado al Congreso por Pichincha, En la sesión inaugural obtuvo varios votos para ocupar la Vicepresidencia de la Cámara. En 1865 fue Senador por la Provincia de León. En 1866 los Gómez de la Torre, por ser Sacerdote ilustrado y tener amplio y liberal criterio, le apoyaron políticamente para el Obispado en propiedad de la Diócesis en Ibarra derrotando al otro candidato Dr. Ignacio Ordóñez del bando terrorista, conservador o garciano. Al poco tiempo, en 1868, el Congreso lo designó Arzobispo de Quito y abandonó Ibarra meses antes de que ocurriera el terremoto.
En Quito su labor fue tesonera. Inauguró dos Seminarios, convocó y presidió dos Concilios y sus siguientes Sinodoc, dotando al clero de una imprenta desde la cual realizará una intensa labor de proeelitismo. En 1869 se enfrentó por primera vez con el Presidente García Moreno que todo lo quería resolver en materia religiosa, pero siendo Checa de mansísimo temple, evitó un enfrentamiento directo con el dictador y viajó al Concilio Ecuménico. En París gestionó la venida al Ecuador de las monjas de la Caridad y en España sostuvo conversaciones con el superior de la Compañía de Jesús.
Pasada la guerra Franco -prusiana y toe disturbios de la Comuna firmó un contrato con la Orden de los Padres Lazaristas comprometiendo su venida al país. En 1871 estaba nuevamente en Quito sobrellevando nuevamente con espíritu cristiano los excesos políticos de García Moreno aunque le correspondió tratarlo en su ultimo periodo, cuando dicho mandatario natía disminuido sus pasiones en razón de un segundo matrimonio feliz, más no por ello reconocía otra autoridad que su voluntad de mando y esto acarreaba graves incovenientes a la Iglesia, "Mis relaciones con Garría Moreno fueron como por el filo de una navaja" diría después Monseñor Checa El 71 intervino a favor de Manuel B. Tama. Redactor del quincenario guayaquileño "El Espejo" rescatando de las furias del Dictador y lo tuvo en el Palacio Arzobispal hasta que amainadas las pasiones consiguió que le permitieran regresar al puerto. Checa era conocido como "muy tolerante" y hasta por amigo de los liberales, cuando solamente era un buen pastor de su grey.
En 1875 ocurrió el asesinato de García Moreno en el soportal del Palacio presidencial y luego de un corto intervalo ascendió al poder Antonio Bon-ero, renaciendo la calma por poco tiempo, ya que Veintemilla hizo la Revolución en Guayaquil, venció a las fuerzas leales en las Batallas de Galle, e inauguró su período en 1876.
Checa y Veintemilla eran amigos de toda confianza y tanta, que ambas pasaban mucho tiempo en Palacio "en útiles y patrióticas conferencias"; sin embargo, la tormenta se cernía sobre el prelado. Por una parte el liberalismo ecuatoriano arremetía contra el Concordato, por otra, la conducta de malos elementos mezclados en el clero de la Capital era causa de renovados escándalos. El Canónigo de la Catedral. Dr. Manuel Andrade Coronel fue reconvenido en privado por el Arzobispo debido a su notoria mala conducta en una calle de Quito, cuando cuchillo en mano trató de asesinar al pintor Joaquín Pinto Ortiz, por el delito de interferir en sus relaciones amorosas con Eufemia Barrio, con quien tenia un hijo. Andrade era algo volado y por eso le decían el "Loco".
El Viernes Santo 30 de Marzo de 1877 Monseñor Checa celebraba en la Catedral tos oficios divinos revestidos de espléndidos ornamentos y acompañado de los Canónigos Arsenio Andrade Landázuri y Manuel Andrade Coronel y después de probar el vino del cáliz de consagrar ordenó a este último "diga que guarden este vino, esta mezclado con cascarilla, con él no puedo celebrar". Concluida la ceremonia pasó al Palacio a servirse un frugal almuerzo. Había invitado al Canónigo Daniel Pastor y antes de ir a la mesa empezaron las náuseas, convulsiones y contracciones tetánicas, dolores muy agudos en músculo y nervios y la agonía más cruel que se pueda imaginar. Entonces exclamó "Me han envenenado" y pidió a Pastor que lo absolviera y le aflojara el cilicio que llevaba puesto. Se llamó de urgencia a los médicos Miguel Egas y Ascencio Gándara Cuando llegó el primero le dijo: "Estoy envenenado, he tomado en el Cáliz un vino más amargo que la quina y siento que un niego espantoso me abraza las entrañas" Enseguida gritó "Hijos míos, auxílieme ¡Me abogo, me ahogo, me muero! Un color lívido le cubrió el semblante y la espuma apareció en sus labios, minutos después fue cadáver.
El Presidente de la República había sido avisado y se hallaba en la puerta del comedor del Arzobispado impidiendo la entrada a los curiosos, de inmediato ordenó la autopsia de ley y se encontraron 8 gramos de estrictina en las vísceras del difunto.
Esa misma tarde circuló una hoja volante pidiendo calma y cordura al populacho. Iniciado el sumario receptáronse las declaraciones de numerosas personas, recayendo las mayores sospechas en Andrade Coronel porque días antes había adquirido estrictina en una de las boticas de Quito, dizque para matar ratones. Después se supo que había planeado envenenar a Pinto en una licorería dándole a probar un brebaje de su preparación y hasta había solicitado la complicidad de un extranjero. En fin, tantos indicios en su contra obligaron a los jueces a disponer su captura y fue a la cárcel, de donde salió por su fuero eclesiástico y por cuanto el Dr. Luis Felipe Borja, acusador particular de los familiares del Arzobispo, sorprendido por el giro de los acontecimientos, se inhibió de continuar con la acusación y el crimen quedó en la impunidad. De otra parte, la jerarquía eclesiástica no acusó a nadie y todo se sepultó en el misterio, al punto que varios jóvenes liberales que vivían en la capital y habían sido apresados por simples sospechas, tuvieron que ser excarcelados.
En la Oración Fúnebre pronunciada en Ibarra el 14 de Abril de 1877, el Dr. Mariano Acoda dijo: "Auaterísmo de costumbres, pero bonisímo en el trato; manso de convicción, n bien rígido en los principios y en la vigilancia pastoral; prudente y justiciero, juntaba todas las virtudes eximias requeridas por las altas funciones del pontificado".
En 1861 el Gobernador de Loja, Manuel Eguiguren, con motivo de la posesión canónica de Monseñor Checa, se había expresado así: "Sagaz, manso de carácter, de edad temprana", I su retrato lo presenta de mediana estatura, más bien bajo, facciones regulares, boca agradable, nariz bien formada, ojos expresivos, frente espaciosa e inteligente y una temprana calvicie- Sus manos fuertes y su contextura normal.
Tal era el Arzobispo asesinado a la edad de 47 años.
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Fuente: Diccionario Biografico Ecuador
José Ignacio Checa y Barba
Religioso quiteño nacido el 4 de agosto de 1829, hijo del prócer don Feliciano Checa y Barba y de la señora Alegría Barba y Borja.
Desde muy joven se despertó en él una intensa vocación religiosa, que se vio premiada en el año 1856 cuando fue ordenado Presbítero. Muy pronto viajó a Roma, Italia, donde gracias a sus virtudes y gran talento fue consagrado Arzobispo "In Pártibus" de la Diócesis de Listra, en ceremonia efectuada en la ciudad eterna, el 29 de diciembre de 1861.
Al año siguiente volvió a Quito donde permaneció hasta 1865 en que fue nombrado Arzobispo de Ibarra, dignidad que ostentó hasta 1868 en que fue preconizado y consagrado Arzobispo de Quito.
Inició entonces una administración religiosa tranquila y progresista que duró hasta septiembre de 1876, en que luego de los combates de Galte y Los Molinos -que culminaron con el derrocamiento del gobierno constitucional del Dr. Antonio Borrero-, el Gral. Ignacio de Veintemilla asumió el poder en toda la República y adoptó una política de persecución y acoso en contra de la Iglesia Católica, cometiendo contra ella toda clase de excesos y ofendiéndola en su labor educativa y social.
Surgió entonces su figura gigante, y con valentía insospechada empezó a combatir los abusos del gobierno, hasta que en la mañana del 30 de marzo de 1877, mientras celebraba la misa del Viernes Santo en la catedral de Quito, cayó violentamente fulminado al beber el vino del Cáliz Sagrado, que había sido envenenado con estricnina.
"No se conocieron jamás los trámites del asesinato, como tampoco a sus autores. El gobierno cometió dos ligerezas: Desplegar una campaña de propaganda en contra de un sacerdote de apellido Andrade, acusándole del crimen; e intervenir en la complicación y embrollamiento del proceso que lo llevaba adelante el Poder Judicial con entereza y honestidad. Nadie sin embargo ha comprobado que Veintemilla fue autor mental, inspirador o cómplice del horripilante suceso. Pero se cree, con demasiados fundamentos, que el hecho nació de la mente y de la arbitrariedad de algunos de sus áuricos" (Luis Robalino Dávila, Orígenes del Ecuador de Hoy, Tomo I, p. 224).
Hay que anotar sin embargo, que Veintemilla, en el supremo instante de su muerte, sostuvo una vez más que él nada tuvo que ver con dicho crimen.
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Enciclopedia del Ecuador.
Histórica * Geográfica * Biográfica
Por: Efrén Avilés Pino.
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