Dr. Julio Tobar Donoso
Enero 25, 1894 - Marzo 10, 1981
ESCRITOR Y DIPLOMATICO.- Nació en Quito, en la casa familiar de la Venezuela No 137, el 25 de Enero de 1.894 y fueron sus padres legítimos José Julio Tobar Yepes, natural de Caguasquí, Provincia de Imbabura, dueño de la hacienda "El Rosario" y Mercedes Donoso Freile, quiteña.
Comenzó en 1.909 sus estudios en la Escuela del Cebollar y al año siguiente
quedó huérfano de madre, perdió su ternura, sufrió mucho, se convirtió en un
niño tímido pero confiado por su índole benévola y pasó al Pensionado Elemental
del Dr. Pedro Pablo Borja Yerovi donde terminó la primaria, mientras su padre
casaba nuevamente con una prima Rosa Elvira Tobar y no tuvieron hijos, pero
quien le terminó de cuidar fue su abuela Yépes que le disciplinaba a la antigua
con voluntad de acero.
Realizó la segunda enseñanza con los jesuítas en el San Gabriel y ante la
violencia política imperante, como reacción natural ante el predominio liberal,
con otros compatriotas hijos de familias conservadoras, adoptaron por lema "Ser
los primeros en todo". Entonces ingresó al Centro Católico de Obreros que luego
le tocó presidir y comenzó a escribir en "El Republicano", "El Porvenir" y en
"La Corona de María", pues desde los primeros cursos había amistado con el
célebre Padre Manuel José Proaño, S. J. quien le dirigía política y
espiritualmente, inculcándole sus graves responsabilidades como intelectual
católico.
Desde 1.915 se afilió al Partido Conservador y llegó a ser activista y
hasta dirigente. El l6 conoció a su vecina Angela García Gómez -sobrina nieta de
García Moreno- que residía con sus padres en Quito y alquilaban un departamento
en la casa de los Tobar y comenzó a enamorarla.
Ya era un brillante estudiante de Jurisprudencia que había escrito una
Monografía sobre la "Quiebra de los deudores Solidarios" que apareció en la
Revista de la Sociedad Jurídico Literaria.
El 7 de Marzo de 1.907 se graduó de Abogado y recibió su título de la Corte
Suprema el día 14. La tesis versó sobre la Letra de Cambio en 91 págs. En 1.918
ingresó a la Sociedad Ecuatoriana de Estudios americanos y a la Congregación de
Caballeros de la Inmaculada y publicó "Génesis y antecedentes de las ideas
sociales cristianas" en 27 págs.
El 3 de Mayo de 1.919 contrajo matrimonio con su novia a quien amaría con
sin igual ternura a pesar que ella era de carácter fuerte. El matrimonio fue muy
unido y tuvieron cinco hijos (Julio fue jesuíta y Rosario del Opus Dei). Paco,
en cambio, resultó el enfant terrible de la casa por inconformista y divorciado
pero más que por eso, por ser un genial poeta escritor.
Ese año también escribió para "El Comercio" e inició una serie
histórico-biográfica sobre los primeros gobiernos de la República (Presidencia
de Roca, Ascázubi, Noboa, Urbina y García Moreno). Su archivo y biblioteca eran
excelentes y como hablaba inglés, francés, italiano, portugués y latín,
aprendidos durante su Bachillerato en Humanidades Clásicas, poseía numerosas
obras en esos idiomas.
En 1.921 sirvió de Albacea para publicar los postreros libros del Dr.
Carlos R. Tobar. El 23 dio a la Luz "García Moreno y la instrucción Pública" en
271 págs. cuya segunda edición es de 1.940. Ese año estudió el Archivo de la
Curia, falleció su padre del corazón y heredó "El Rosario" donde, acostumbraba
pasar sus vacaciones de verano. Para mantenerse porque dada la pobreza general
del medio las profesiones no eran rentables, empezó a arrendar otras haciendas
de propiedad de la Curia de Ibarra pues "gustaba labrar la tierra y vivir en
contado con la naturaleza" y ocupó por dos ocasiones la Presidencia de la
Conferencia San Vicente de Paúl.
En 1.924 publicó "El Obispo de Botren Dr. José Miguel de Carrión y Valdivieso" en 96 págs. y "Relaciones entre la Iglesia y el Estado Ecuatoriano" en 55 págs. fué miembro de Acción Católica y después presidente de la Junta Nacional de esa entidad, en estrecha colaboración con su gran amigo el Arzobispo Manuel María Pólit. El 25 editó "Reseña Histórica del Pensionado Elemental" en 65 págs. y "Desarrollo Constitucional de la República del Ecuador en 95 págs. cuya segunda edición apareció en 1 .936.
En 1.926 escribió para "La Defensa" una serie de biografías de ilustres
católicos del siglo XIX que unidas formaron un volumen de 157 págs. que título
"Figuras del Catolicismo social". Ya era considerado uno de los intelectuales
católicos más destacados del país.
Entre el 28 y el 29 comentó por la prensa el proyecto de la Ley de
Educación, ingresó a la Academia Ecuatoriana de la Lengua y dio o la luz "El
Imo.y Rvdo. Sr. Dn. Ignacio Checa y Barba" en 36 págs. En 1.930 salió "Por la
Libertad de Enseñanza" en 199 págs. con sus artículos de prensa aparecidos meses
atrás, todos influídos por una tónica pro fascista.
Entre 1.930 y el 37 se convirtió en el principal defensor de los intereses
de la Iglesia a través de los diarios "El Comercio" y "La Sociedad" y en las
revistas "Acción Popular" y "El Obrero". E1 32 fue activista de la Compactación
Obrera del Pichincha que salió a las calles de la capital a protestar por la
descalificación del candidato presidencial triunfante Neptalí Bonifaz. Entonces
se sucedieron los luctuosos acontecimientos de la Guerra de los cuatro Días y
murió mucho pueblo.
En "Acción Popular" expuso la doctrina de León XIII, el papel orientador de
la iglesia y la misión de los católicos en la promoción de los trabajadores; sin
embargo su visión no fue compartida por el ultra conservador y reaccionario
Arzobispo Carlos María de la Torre, quien terminó prohibiendo dicha publicación
y se perdió la oportunidad de implantar tan tempranamente los principios de la
Democracia Cristiana en el país. De todo ello solo ha quedado su permanencia de
avanzada expuesta en numerosos artículos sobre la cuestión social
ecuatoriana.
En 1.933 revisó gran parte de los archivos de la Presidencia de Quito,
Ministerio de Gobierno, Cancillería y Poder Legislativo. Finalmente volvió al de
la Curia y a los de varios Conventos para poder sacar "La Iglesia ecuatoriana en
el Siglo XIX" que editó el 34, pero aunque anunció un segundo tomo, este no
aparecería sino parcialmente.
En 1.935 adquirió a las hijas del Dr. Nicolás Clemente Ponce la antigua
casa de la Calle Cotopaxi No. 100 y allí habitó hasta su muerte. También
adquirió la hacienda "Chiche Tobar" ubicada entre Puembo y Pifo a Isabel Tobar
de Guarderas.
Desde hacía algunos años era Asesor Jurídico y miembro de la Junta
Consultiva del Ministerio de Relaciones Exteriores y como tal saludó la llegada
del Nuncio Apostólico de Lima, Fernando Cento, quien se interesaba vivamente por
solucionar las diferencias personales surgidas entre el dictador Federico Páez y
el Cardenal Carlos María de la Torre. Cento le designó Asesor y comenzaron las
negociaciones que dieron lugar a la suscripción del Tratado denominado "Modus
Vivendi" en 1.937 que tanto ha servido a los intereses de la iglesia en el
Ecuador. Cento regresó a Lima y poco después hacía su arribo a Quito el Primer
Nuncio designado para nuestro país, Monseñor Efrén Forni, quien fue agasajado
por damas y caballeros conservadores como jamás ningún diplomático lo había
sido.
Mientras tanto le habían encargado elaborar el Alegato que debía
presentarse al Arbitraje del Presidente de los Estados Unidos en la Fórmula
Mixta, pero el nuevo Dictador Alberto Enríquez Gallo, obedeciendo a las
presiones de Gonzalo Zaldumbide, Ministro del Ecuador en Lima y del Canciller
ecuatoriano Luis Bossano, intempestivamente envió un telegrama a Washington
pidiéndole a Roosevelt que reitere su mediación, puesto que el Ecuador había
decidido reiniciar las conversaciones directas con la Cancillería de Lima. Error
que nos colocó en manos de la supremacía militar peruana tres años
después.
En 1.938 fue Designado Ministro de Relaciones Exteriores por el Presidente
Interino Manuel María Borrero, en reemplazo de Bossano. En noviembre presidió la
Delegación ecuatoriana a la VIII Conferencia Panaméricana en Lima. En l.939
cometió el error de apoyar la canonización de García Moreno iniciada por el
Arzobispo de la Torre, mezclando política con religión. Ese año suscribió un
"Informe de la Cancillería" en 182 págs. y defendió la vigencia del "Modus
Vivendi". El 40 editó el "'Informe de la Cancillería" en 139 págs. El 41
condecoró al Arzobispo y al Nuncio Forni que se ausentaba con iguales funciones
a Lima. En ambas ocasiones tomó la palabra y los discursos salieron publicados
en el Boletín Eclesiástico.
Al poco tiempo se produjo la invasión peruana y editó "Exposición del
Ministro de Relaciones Exteriores a los Cancilleres de América" en 77 págs.
tratando de robustecer nuestro frente diplomático en toda la línea.
En Enero del 42 le tocó presidir la delegación ecuatoriana a la Conferencia
de Cancilleres reunida en Río de Janeiro y el 29 de Enero firmó el Protocolo que
cercenó al Ecuador amplios territorios en la costa y el oriente. Gonzalo
Escudero, quien también formó parte de la Delegación, en su obra "Justicia para
el Ecuador", publicada con ocasión del inicio de uno de los velasquismo, ha
opinado que Tobar debió presentar una altiva y enardecida protesta que hiciera
vibrar la indignación de América, lo que no hizo quiza por su carácter tímido o
para salvar a como diera lugar la sobrevivencia del Ecuador sabiendo que
sacrificaba su futuro político a perpetuidad.
Estampilla de correo por el centenario de su nacimiento, 1994 |
Al regresar a Quito Francisco Chiriboga Bustamante le dijo "Que pena que
Ud. haya firmado. Nosotros lo queríamos llevar a la presidencia" Tobar le
replicó "Me he sacrificado para que la Patria exista" y tenía razón pues la
realidad era muy dura, no habían armas suficientes para la defensa de las
fronteras, dos provincias estaban militarmente ocupadas por el enemigo que
amenazaba nuevas movilizaciones y hasta tomar Guayaquil y lo peor de todo es que
nuestro ejército se encontraba desorganizado y en derrota. En lo internacional
la II Guerra Mundial mantenía la atención de los países de América alejada de
nuestro problema. En lo diplomático, por el Tratado Herrera-García de 1.890, el
Ecuador había reconocido al Perú el dominio de lo que ya poseía en la ribera o
márgen izquierda del Amazonas, Tobar, al firmar el protocolo, consiguió una
nueva línea de frontera que permitió la supervivencia de la nación.
Pero tal fue el rechazo que encontró en el país que poco después renunció
la Cancillería y fue reemplazado por Francisco Guarderas Pérez. Ese año salió
"Dictámenes Jurídicos acerca del problema ecuatoriano-peruano, dados por
ilustres internacionalistas americanos" en dos tomos de 165 y 135 págs. Y
"Cooperativas y Mutualidades" en 79 págs. donde explicó la conveniencia de estos
sistemas para el desarrollo de las clases menos favorecidas del país.
En 1.943 fue electo miembro fundador del "Instituto Cultural Ecuatoriano"
colaborando activamente con el Padre Aurelio Espinosa Pólit, S.J. en la
publicación de varias obras.
Al ocurrir la revolución del 28 de Mayo de 1.944 fue arrestado y llevado al
batallón Yaguachi donde permaneció cuatro días en unión del Ministro de Defensa,
Vicente de Santistevan Elizalde, saliendo bajo fianza que prestó Neptalí
Bonifaz. "De allí en adelante soportó con resignación los desplantes de
malquerientes y demagogos que lo acusaban de haber mostrado debilidad al firmar
el Protocolo, sin reparar que la única y verdadera debilidad estaba en la
República y en su ejército derrotado". Cada 29 de Enero lo vejaban con gritos y
manifestaciones hostiles en los bajos de su casa, sobre todo durante los
régimenes velasquistas. "Fueron días crueles y oscuros, meses y años de soportar
inculpaciones, de vivir recogido, de hablar poco..."
En 1.945 publicó la invasión peruana y el Protocolo de Río de Janeiro" en
559 págs. y 4 mapas, existe una segunda edición del Banco Central del Ecuador,
narrando las dramáticas circunstancias que le impusieron en Río de Janeiro
firmar el protocolo, ante un Panamericanismo sordo e indiferente a la voz de la
justicia.
En 1.946 formó parte del "Comité de caballeros Pro Libertad de la
enseñanza" y recibió del Estado Vaticano la Gran Cruz de la Orden de San
Gregorio Magno. Ese año formó parte del Comité promotor de la Universidad
Católica de Quito y con su amigo el Padre Espinosa Pólit viajó a Bogotá a
estudiar la organización de la Universidad Javeriana. Luego elaboraron un Plan
de Estudios Generales y en especial de la Facultad de Jurisprudencia cuyo
decanato ocupó el 4 de Noviembre así como la cátedra de Derecho Político hasta
su renuncia en 1.972 y para ayudarse recopiló en 1.951 los Apuntes de esa
materia editándolos bajo el título de "Elementos de Ciencias Políticas" en 318
págs. texto que ha visto cuatro ediciones.
En 1.947 volvió sobre el tema territorial con "Estudio sobre límites
ecuatoriano- peruano" en 265 págs. El 48 escribió "Apuntes para la Historia de
la Educación Laica en el Ecuador" con la trayectoria educativa nacional desde la
revolución liberal de 1.895, la contribución del Normal Juan Montalvo a la
cultura y los caracteres de la educación laica y confesional en el
Ecuador.
En 1.951 fue electo Presidente del Instituto de Cultura Hispánica de Quito
y trató de probarle a su amigo el historiador Luis Robalino Dávila, que los
amores de García Moreno con Virginia Klinger de Aguirre y la secuela de celos
contra el Secretario de la Legación de Colombia Arcesio Escobar, orígen de las
dos desgraciadas guerras ecuatorianas contra esa nación, era sólo una fábula y
así apareció "El Fin de una fábula" en 60 págs. Ahora se conoce que existió
hasta una hija de esos amores.
Entre 1.952 y el 55 tuvo en arrendamiento la hacienda "La Quitumbe" en
Atuntaqui, cuya dueña era la Curia de Ibarra. El 53 publicó su hermoso libro
titulado "La Iglesia, modeladora de la nacionalidad" en 398 págs. que mereció el
Premio Tobar de la Municipalidad de Quito, también salió "Derechos y Deberes de
los patronos y trabajadores del campo" en 33 págs.
En 1.954 dio a la luz "Evolución de las ideas pedagógicas en el Ecuador"
con datos de la pedagogía colonial hasta la época republicana cortados en
1.953.
En 1.955 se alegró con la consagración de su hijo Julio en la Compañía de
Jesús, existe una interesante correspondencia seguida entre ambos, pero dado el
carácter tímido de Julito, éste resultó una descolorida. El 56 editó "El
Pensamiento Jurídico de Pío XII" en 81 págs. El 58 salió a la luz "El Ilmo. P.
F. José María Yerovi, O. F. M. Arzobispo de Quito" en 360 págs. Entre el 59 y el
70 laboró como Ministro Juez de la Primera Sala de la Corte Suprema de Justicia,
dejando doce tomos de alegatos en forma de sentencias.
En 1.960 colaboró en varios prólogos y Notas que aparecieron en la
Biblioteca Ecuatoriana Mínima publicada con motivo de la Conferencia
Panamericana a celebrarse en Quito. El 61 editó "Lenguaje rural en la región
interandina del Ecuador". El 62 la biografía de Pedro Gual que reeditó al año
siguiente.
En 1.965, desempeñábase como Ministro Juez de la Corte Suprema de Justicia
y fue electo Presidente de tan alto organismo pero la dictadura de la Junta
Militar de Gobierno se opuso públicamente y declaró nula la elección haber sido
Tobar quien firmara el Protocolo. Entonces se vio obligado a renunciar y recibió
numerosas muestras de respaldo a nivel nacional, entre ellas la designación de
Director de la Academia Ecuatoriana de la Lengua, presidiendo el 68 de V
Congreso de Academias de la Lengua.
En 1.972 fue declarado Profesor Emérito de la Facultad de Jurisprudencia de
la Universidad Católica. El 74 editó "Las Instituciones del período hispánico,
especialmente en la Presidencia de Quito" en 479 págs. El 76 elaboró una serie
de biografías sobre "Los Miembros de Número de la Academia Ecuatoriana muertos
en el primer siglo de su existencia" en 500 págs. y comenzó a pasar más tiempo
en su hacienda "Mercedes". Tenía un gran número de fichas que le eran de
utilidad en sus trabajos.
Metódico y esforzado, escribió mucho y con versación y doctrina. Poseía una
prosa elegante y fácil que convencía y encantaba pero tuvo sus limitaciones y
fallas. También fue hombre de su época. "Su postura cristiana se concretó en
formas de un período que pasó, defendiendo a ultranza y sin jamás dar su brazo a
torcer, situaciones y personajes sobre los cuales la historia ha juzgado
pronunciando su severo veredicto. Creía en la supremacía del papa y de la
iglesia sobre los Estados, teoría inaplicable en el siglo XX. Admirador de la
dictadura perpetua de García Moreno, trató que se aceptara hasta sus más graves
errores".
Su hijo Francisco ha escrito lo siguiente: Mi padre, pese a todos los
desengaños que sufriera, manifestaba siempre confianza, amaba de modo auténtico
al prójimo, se dolía de los demás. Bondadoso y poco mudable, cometía pecados de
ingenuidad y excesos de confianza, por lo cual jamás fue un político con
dobleces sino alma entregada al culto de la amistad. Nunca se dejó llevar por
impulsos sino por el juicio sereno y lleno de raciocinio".
Su conducta personal se motivaba en la fe. Dios y Patria eran sus metas.
Gozó de la irrestricta confianza y amistad de los Arzobispos Pólit y de la
Torre, así como de la Curia capitalina que lo auspiciaba. Sincero en sus
manifestaciones religiosas, diariamente oía misa y comulgaba en la Merced o en
el Sagrario. En 1.974 aceptó una invitación del Comité pro conmemoración del
sesquicentenario del fallecimiento del sabio Dr. Teodoro Wolf que yo presidí y
viajó a Guayaquil a dictar una conferencia sobre su obra. Llegó al hotel Palace
con su señora, se le veía alegre y jovial. Su intervención fue del todo exitosa.
Un año antes de su muerte empezó a sentirse sin fuerzas pero como era animoso
quiso viajar a Miami llevando a su esposa a curar de una fractura en la cadera.
Una inveterada bronquitis le afectaba desde mucho tiempo atrás.
A fines de Febrero de 1.981 ya no se pudo levantar y falleció sin
enfermedad alguna el 10 de Marzo, de 87 años de edad. A su sepelio y honras
concurrieron la Universidad Católica, las Academias y la Compañía de Jesús. La
prensa tímidamente alabó sus dotes que las tuvo en grado superlativo.
Fue historiador, jurista y ensayista. Otros trabajos suyos son: “Cabe
relación de trabajo entre un religioso y su comunidad?”y “Doctrina sobre Derecho
Sucesorio”.
De baja estatura, pelo y ojos castaños, miope y usaba lentes. Fácil para
reír, oportuno conversador, erudito escritor aunque demasiado sumiso frente a la
Iglesia conviniendo en todo lo que viniere de ella sin discutir ni chistar.
Vivía inmerso en la religión rezando diariamente el rosario y llegó hasta
aceptar su sacrificio político en los últimos tiempos hasta con alegría,
creyendo que era una expiación necesaria que le había enviado Dios.
Paternal con
su alumnado y en el trato con sus semejantes. No amó la libertad ni creyó ni
luchó por ella, aunque tuvo oficio y fuerza de escritor. Su vida se deslizó en
una constante religiosidad interior alentada por ideales decimonónicos: La
supremacía de la Iglesia y la apología de la dictadura garciana.
Fuente: diccionariobiograficoecuador.com
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