domingo, 2 de julio de 2017

100 Pensamientos de Gabriel García Moreno

100 Pensamientos de

1. Mejor que escribir la historia es hacerla.

2. No es lícito al hombre que ama a su patria y respeta los deberes que Dios nos ha impuesto, preferir las conveniencias del egoísmo a las exigencias legítimas de la Sociedad en que hemos nacido.

3. Un pueblo sin unión es un cuerpo compuesto de miembros separados, que no pueden caminar sin disolverse.

4. La unión hace de algunos individuos una familia; de varias familias, un pueblo y de muchos pueblos, una nación; fuerte por no estar dividida, poderosa por ser fuerte y valiente por ser poderosa.

5. El Gobierno debe ser la Ley en acción, la fuerza reguladora de la sociedad, la personificación de la Justicia.

6. Sin Gobierno vigoroso el país estará sin cesar expuesto a los pérfidos ataques de los que medran en el desorden, y marchará de crisis en crisis hasta perecer devorado por la anarquía.

7. La Constitución debe ser el germen de vida de la sociedad, la garantía de su dicha y existencia.

8. La Constitución es para el pueblo, y no el pueblo para la Constitución.

9. El orden verdadero resulta del libre desarrollo de la sociedad y del individuo, y no del peso de las cadenas, del silencio del terror y de la inmovilidad del miedo.

10. Cuando un pueblo despierta, cada palabra es una esperanza, cada paso una victoria.

11. La buena fe y la justicia son la única política digna, conciliadora y segura.

12. No hay civilización si no progresan simultáneamente la sociedad y el individuo.

13. La paz resulta de la satisfacción y tranquilidad de los ánimos, y del orden fundado en la libertad sin restricción para todo y para todos, menos para el mal y para los malhechores.

14. La libertad para los hombres leales no es un grito de guerra y exterminio sino el medio de desarrollo más fecundo y poderoso para la sociedad y el individuo, cuando en ellos hay moral, justicia en las leyes y probidad en el gobierno.

15. La justa represión de los criminales es la mejor salvaguardia de la sociedad.

16. La impunidad del crimen es el mejor aliciente para la perpetración de nuevos y peores atentados.

17. Podemos y debemos perdonar las ofensas personales, pero ni podemos ni debemos olvidar que responderemos ante Dios y la sociedad, de los crímenes que se cometan por nuestra falta de rectitud.

18.. Sin rectitud en los jueces no hay justicia, y sin justicia la sociedad es imposible.
19. No hay libertad donde no hay justicia.

20. La igualdad debe ser la supresión de la injusticia en el orden social, y no la supremacía del fango y el poderío del crimen sobre las clases honradas y laboriosas.

21. El hombre corrompido jamás puede ser libre.

22. Es imposible el progreso cuando en brazos de la ignorancia yace adormecida la inteligencia, y cuando doctrinas desorganizadoras van relajando los vínculos de la moral y apagando rápidamente la brillante antorcha de la fe religiosa.

23. La instrucción pública es condición esencial de la civilización y de la libertad del país.

24. La enseñanza primaria es la primera en importancia por ser la que se dirige a todos y la que sirve de preparación a la secundaria y superior.

25. El trabajo y la instrucción, apoyados en la práctica de ¡as virtudes cristianas, arrancarán a la corrupción las víctimas que le preparan en toda sociedad el ocio y la miseria.
26. Sin la educación cristiana de las generaciones nacientes, la sociedad perecerá ahogada por la barbarie.

27. La apertura de nuevas y fáciles vías de comunicación es en mi concepto la primera de las mejoras que necesita la República.

28. La democracia debe ser para la nación lo que es la Providencia para el mundo.

29. Las ideas no mueren jamás, ellas avanzan con el tiempo, se desarrollan con la persecución; y más fuertes y vigorosas, después de haber vencido los obstáculos, vuelven a reaparecer y al fin triunfan.

30. El pueblo calla, deja obrar y escucha; pero no olvida ni perdona: su juicio y su sentencia son infalibles.

31. La aritmética es sin contradicción la base primordial de los conocimientos exactos, la primera división de la escala matemática, la ciencia más usual en el mundo y la más necesaria para no perderse en el laberinto de la vida.

32. La sangre de las víctimas que la tiranía inmola, ha fertilizado siempre el campo sagrado de la libertad.

33. Cada vez que encuentro un hombre honrado, me alegro más que si hubiera hallado un tesoro.

34. Del Tesoro no debe salir ni un centavo para gastos que no sean legales.

35. Justificar una mala acción es como limpiar un vidrio: se ve más claro.

36; En los momentos de crisis es más fácil indicar los remedios que aplicarlos.

37. No acostumbro quejarme de los obstáculos, sin los cuales no hay mérito ni gloria, pero no me resigno a dejar el país sin las mejoras que necesita por falta de dinero.

38. A mí no me abaten sino los males irreparables que nos vienen de las manos de Dios: los que vienen de parte de los hombres me irritan y no me vencen.

39. En la vida privada como en la pública el peor de los partidos es no tener ninguno.

40. El prepararse con tiempo para la guerra es el único medio de evitarla: si nos ven débiles nos atacarán sin falta y alevosamente.

41. En aritmética, nada de elocuencia, sino números; en filosofía y en política, nada de habladurías, sino razones.

42. El sacerdote enseña la verdad, el soldado la guarda, el magistrado la venga.

43. La libertad es un medio indispensable de felicidad, pero no el fin : después de ser libres, tenemos que ser verdaderamente republicanos.

44. La única falta que creo haber cometido en mi vida pública, es haber aceptdo la presidencia en 1861, conociendo lo absurdas que son la Constitución y las leyes que ustedes nos dieron.

45. Sólo los cobardes prefieren la traición a la guerra, la intriga al combate y la infamia al peligro.

46. Mi ambición se limita a ser útil a la Patria, y prefiero el puesto más humilde cuando en él puedo servir con algún provecho.

47. El patíbulo del malvado será la garantía del hombre de bien.

48. Los vencidos por el valor, lo serán otra vez por la clemencia. Al arrepentimiento le amparará la generosidad.

49. Mi carácter naturalmente me impelía a abrazar la causa del débil y del inocente; porque me indigna la opresión donde quiera que la mire, y detesto la dureza bárbara de los que se muestran indiferentes entre la víctima y el verdugo.

50. Sin la moral el orden no es más que tregua o cansancio, y fuera de ella, la libertad es engaño y quimera.

51. O hemos debido guardar silencio, sin meternos a censores, o hemos debido estar resueltos a apoyar con obras la sinceridad de nuestra censura.

52. Cuando la fuerza oprime en lo presente, la justicia se reserva el porvenir.

53. La independencia es la vida de un pueblo.

54. La compasión con los criminales es la mayor crueldad contra los ciudadanos honrados y pacíficos.

55. La facultad de perdonar, es el más hermoso atributo del Poder.

56. El Ecuador, libre e independiente, antes que deshonrarse preferiría ser exterminado por la lava asoladora de sus volcanes o hundirse en las aguas del Océano.

57. Si salgo vivo del cuartel que voy a sublevar, ya podéis contar con la victoria.

58. Bajaré del solio, al terminar el período constitucional, con el honor de haber trabajado sin descanso en bien de todos.

59. Sin la reforma y extensión de la Instrucción Pública, no llegará jamás el Ecuador al grado de prosperidad a que está llamado.

60. Dos objetos principales son los que he tenido en mira en el proyecto de Constitución (la de 1869): el primero, poner en armonía nuestras instituciones políticas con nuestras creencias religiosas; y el segundo, investir a la autoridad pública de la fuerza suficiente para resistir los embates de la anarquía.

61. La civilización moderna, creada por el catolicismo, degenera y bastardea a medida que se aparta de los principios católicos; y a esta causa se debe la progresiva y común debilidad de los caracteres, que puede llamarse la enfermedad endémica del siglo.

62. Entre el pueblo arrodillado al pie del altar de Dios verdadero, y los enemigos de la religión que profesamos, es necesario levantar un muro de defensa.

63. Prefiero a las agitaciones y responsabilidad del mando, la feliz tranquilidad de una vida independiente y laboriosa.

64. Corramos a las armas para defender el honor y la nacionalidad de la Patria. Unión, firmeza y valor: he aquí lo que ella reclama de nosotros.

65. Para poner al Ejército en aptitud de desempeñar su doble y gloriosa misión de conservar el orden y defender la independencia de la Patria, es necesario aumentar su fuerza, proveerlo del armamento moderno y formar un colegio militar.

66. Pues que tenemos la dicha de ser católicos, seámoslo lógica y abiertamente, seámoslo en nuestra vida privada y en nuestra existencia política, y confirmemos la verdad de nuestros sentimientos y de nuestras palabras con el testimonio público de nuestras obras.

67. Hay en tantas Leyes Fundamentales la solemne declaración de la soberanía del pueblo; y sin embargo el pueblo es...un soberano coronado de espinas, cubierto de púrpura burlesca, y herido y afrentado por los sayones que le atormentan.

68. Si los colegios han de ser buenos, dando garantías de la moralidad y aprovechamiento de los alumnos, es necesario no omitir gastos para que sean lo que deben ser; pero si han de ser malos, es mejor no tenerlos, porque la mayor calamidad para la Nación es que la juventud pierda sus mejores años en pervertirse en el ocio o en adquirir con un estéril trabajo las nociones incompletas, inútiles o falsas que se transmiten en los malos colegios.

69. No perdáis jamás de vista, Legisladores, que todos nuestros pequeños adelantos serían efímeros e infructuosos, si no hubiéramos fundado el orden social de nuestra República sobre la roca, siempre combatida y siempre vencedora, de la Iglesia Católica.

70. En ninguna forma de gobierno es tan importante la instrucción como en la democrática; porque, si el pueblo es corrompido, su soberanía es la omnipotencia del mal, y si es ignorante, su libertad es una quimera peligrosa, es la libertad de un ciego que camina a la ventura al borde del abismo.

71. El deber de los magistrados es prevenir el crimen antes que castigarlo, porque es más fácil detener el brazo que curar el golpe.

72. El legislador y el magistrado no pueden impunemente hacer el mal o dejar de hacer el bien; porque el día de la responsabilidad, aunque se haga esperar, al fin llega.

73. La desesperación es el mayor de los enemigos del hombre.

74. El desaliento es tan peligroso como la desesperación y tiene el malísimo resultado de quitar gradualmente las fuerzas del alma y del cuerpo, entorpeciendo las facultades de la una, y minando la salud del otro.

75. Quiero caminar siempre con un objeto, conocer el fin a que me dirijo, y poco importa después que la senda que haya que recorrer esté sembrada de espinas y cruzada de peligros.

76. El verdadero modo de resignarse no consiste en perder el ánimo y entregarse desfallecido a los rigores de la suerte, sino en conservar la serenidad del espíritu en medio de los sufrimientos, resistiendo con valor los trabajos sin inclinar la frente y poniendo nuestras esperanzas más allá de la vida, no por consejo de la melancolía, sino por impulso de la fe.

77. La rectitud de la conciencia es incompleta, cuando falta rectitud en las ideas; y ésta no existe, cuando las ilusiones y los sofismas ocupan el lugar de la justicia y de la experiencia.

78. La cobardía se hermana muy bien con la venalidad, el miedo con el deshonor y el temor con la bajeza.

79. En política y en amistad la falsía es intolerable.

80. Más perjudica un traidor a la espalda que cien enemigos de frente.

81. No tengo flexibilidad, porque nada es más inflexible que la convicción y el sentimiento del deber, al cual me he acostumbrado a seguir sacrificando toda especie de interés, inclusive el de la gloria humana.

82. La incredulidad muere antes que el hombre.

83. El derecho más elevado y precioso de los ecuatorianos, es el derecho de su conciencia y de su fe religiosa.

84. Es preciso que el frac negro se imponga a la casaca roja. O mi cabeza ha de ser clavada en un poste, o el ejército entrará en el orden.

85. Por el bien de mi país haré hasta el sacrificio de mi vida en caso necesario; pero jamás sacrificaré mi dignidad y mi reputación, sin la cual nadie puede servir útilmente a su patria.

86. La libertad debe consolidarse sobre la moral, buscando para esto la religión como garantía, y clero ilustrado y virtuoso como maestro por la palabra y el ejemplo.

87. No es posible manejar el polvo sin ensuciarse las manos.

88. Mi divisa será siempre: "Fiat justitia, et ruat coelum".

89. La integridad sin firmeza es como color sin cuerpo.

90. En adelante, a los que corrompe el oro, los reprimirá el plomo; al crimen seguirá el castigo; a los peligros que hoy corre el orden, sucederá la calma que tanto deseáis; y si para conseguirlo es necesario sacrificar mi vida, pronto estoy a inmolarme por vuestro reposo y vuestra felicidad.

91. Si soy severo, inflexible conmigo, es para tener el derecho de serlo con los demás en los asuntos de justicia o de utilidad general.

92. No me es posible nada a medias; mi carácter me lo impide.

93 Arréglese la Hacienda Pública sobre la triple base de la probidad, la economía y el crédito nacional.

94. Si para gobernar la República fuese necesario traspasar los mandamientos de la Iglesia, hoy mismo me retiraría a la vida privada.

95. Los mayores enemigos de nuestra independencia son la licencia, la demagogia y la anarquía.

96. Las víctimas de la miseria son los instrumentos de la anarquía.

97. El valor es omnipotente, cuando del honor recibe su brío, de la justicia su espada, y su ímpetu del patriotismo.

98. ¡Soldados Os mando que marchéis a la victoria!

99. El Ecuador necesita del concurso de todas las voluntades para producir la fuerza; la unión de todas las inteligencias, para realizar nuestra regeneración.

100. ¡Dios no muere!
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Fuente: Instituto Nacional Garciano del Ecuador Impresión Offset Abad CIA. Ltda.
Primera Edición- 1966
Tomado de: efemerides.ec

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