domingo, 23 de julio de 2017

María Amalia Urigüen Espinoza, Fundadora de las Oblatas de Matovelle

María Amalia Urigüen Espinosa, Fundadora de las Oblatas de Matovelle
Septiembre 14, 1851 - Abril 12, 1948

FUNDADORA DE LAS OBLATAS.- Nació en el caserío de Huertas, cercano a la población de Paccha ,al pie de las estribaciones del Chilla y fue bautizada en Paccha el 14 de Septiembre de l.85l, cuando esta población pertenecía a la jurisdicción de Zaruma en la provincia del Guayas. Fue su padre el Presbítero Andrés Uriguen Torres que la bautizó y su madre Maria de los Angeles Espinoza, campesina blanca de esa jurisdicción, tuvo un hermano mayor llamado Daniel Maria, una menor Virginia y se criaron con Rosaura Toro Espinosa, una prima huérfana y pobre.

Tuvo una niñez tranquila, su madre le enseñó a leer, escribir y hacer números. Era de carácter dócil, de temperamento retraído, gustaba recorrer el campo y en los bosques cercanos arrancaba florecitas para regalar a la virgen Dolorosa.

De doce años de edad su padre se trasladó a Cuenca con toda la familia y habitaron en la casa de una de las tias Uriguen Torres que enseguida murió y luego también fallecieron sus padres. Amalia quedó con Virginia y Rosaura al cuidado del hermano mayor Daniel, que siempre fue con todas ellas un protector cariñoso ( 1 ) mas, estos cambio bruscos y la soledad de sentirse huérfana la hicieron sensible y retraída y desde entonces le dio por expiar pecados ajenos, ofreciendose como víctima de inmolación. Por eso se ha dicho que casi no tuvo juventud pues jamás asistió a bailes o festejos.

En l.872 el Padre Miguel Franco, jesuíta italiano a la sazón en Cuenca, sabedor de sus virtudes, le aconsejó que viviera con Virginia y Rosaura en una especie de retiro o cenobio en cuarto aparte, dentro de la casa de su hermano Daniel, como simples beatas. Cada una , por mes, llevaría el peso y la dirección de la casa y al poco tiempo otras mujeres del vecindario, de igual temperamento religioso, fueron a vivir con ellas, compartiendo la santidad de sus costumbres.

El 76 todas pasaron al cuidado espiritual del Padre Manuel Corral y Banderas y así transcurrieron diez años hasta que el 86 Amalia y sus seguidoras se cambiaron a una casita del barrio de la Merced, cercana a un conventillo que había sido de los padres jesuítas mientras estuvieron en Cuenca y que por entonces manejaba el Padre Julio Matovelle Pesantes, reciente fundador de la Orden de los Oblatos. La vecindad hizo que se conocieran. Un dia, Amalia le confesó que deseaban hacerse monjas.

Eran mujeres de edad madura, costumbres arregladas y sabían lo que querían, y aunque el asunto no progresó porque estaba muy atareado reactivando cinco congregaciones decaídas ( 1 ) les dio por confesor al Padre Virgilio Maldonado para que las ingresara por el momento a la Congregación de las Hijas de Maria que funcionaba en su iglesia; sin embargo, tal era la pobreza en que vivían, que había dias que no tenía qué comer, aunque todo lo sobrellevaban por amor y devoción a Jesucristo.

Fueron años asendereados y la casa de retiro de Amalia, que había llegado a albergar hasta diez mujeres, fue quedando solo con las tres , hasta que un dia, viendo Amalia que Matovelle no se decidía , le preguntó : Padre ¿ Hay o no esperanza de nuestra fundación? Perdone mi pregunta. --- Hija mia, ya nomás. I pronto, pues las obras de Dios no se hacen con plata solamente. No hay porqué desaminarnos, sus compañeras las han dejado solas, no importa, ¡Dios proveerá¡

En Abril de l.89l el dueño de la casa que ocupaban se las pidió para un familiar y habiendo fallecido la señorita Jacinta Segarra, dejó por testamento una casa en el mismo barrio de la Merced, que Matovelle cedió para que la habitara Amalia con sus compañeras y una doméstica, en calidad de beatas de claustro, haciendo vida religiosa, del que solo salían diariamente al templo. El 30 de Marzo se le unieron Micaela y Josefa Iñiguez pero siendo este género de vida de total renunciación del mundo, la sociedad y la familia, no fue del agrado de su hermano Daniel Maria, que se le distanció cosa de un año porque la quería mucho y no veía con buenos ojos estar separados.

El 7 de Abril de l.892, a eso de las cuatro de la tarde, vísperas de la fundación de la Comunidad, el Pädre Matovelle les mandó a obsequiar tres hermosos cuadros al óleo del Corazón de Jesús, la Dolorosa y San José, asi como las reglas comunitarias que había escrito para uso de las Oblatas del Corazón de Jesús. Al dia siguiente, 8 de Abril, les celebró misa y dijo: “Desde hoy Uds. se llamarán hermanas. Son las reparadoras. Las víctimas por su Patria el Ecuador y el mundo y enseñarán a la niñez desvalida. ( 2 ) Pasada la ceremonia y ya solas, se acordaron que era tarde y había que pensar en el almuerzo, pero solo había un sucre y ochenta centavos en la caja.

Entre el 93 y el 94 se unieron las lluvias y hubo una gran hambruna en el país. En el Azuay la población campesina gimió de hambre y los Oblatos comenzaron a distribuir trigo y carne los jueves, en el sitio donde hoy se levanta el templo del Cenáculo. Amalia y sus hermanas se estrenaron en las obras de acción social.

El 26 de Septiembre de l.893 las hermanas Virginia, Rosaura y Micaela, así como la doméstica Mercedes Barreto viajaron a Paute a fundar una casa en ese lugar. En Cuenca quedaban Amalia, Rosa Córdova, Josefa Iñiguez, Filomena Abad y la doméstica Cruz Pavaña.. El 2l de Noviembre fueron aprobadas canónicamente las Reglas y Constituciones. El 9 de Marzo de l.894 se trasladaron al edificio e iglesia de Todos los Santos donados tres años antes por Monseñor Miguel León Garrido, que por vetusta y húmeda no ofrecía ninguna comodidad.

En Julio regresaron a Cuenca las hermanas de Paute y el 8 de Septiembre celebraron el natalicio del padre Matovelle, que acababa de rechazar al Arzobispo Pedro Rafael González Calisto una de las Canongías de la Catedral de Quito por quedarse asistiendo en Cuenca a sus nuevas congregantes. El 24 de Septiembre se llevó a cabo la profesión religiosa de las primeras Oblatas para lo cual se cortaron las largas trenzas y vistieron el hábito. En el primer Capítulo de la Orden, celebrado al dia siguiente, fue designada Superiora General y Maestra de Novicias.

El 95 fue un año de graves convulsiones políticas. La tarde del 3 de Agosto se acomodó la comunidad en una sola pieza de la planta baja previniendo el ataque de las fuerzas alfaristas contra la ciudad de Cuenca. El dia 5 el Padre Fidel Cevallos, de los Oblatos, en el sermón de la misa dijo a los feligreses que las Madres Oblatas les servirían de pararrayos “para detener los castigos que merecieran de la justicia divina y atraer sus bendiciones.” Tantos trabajos minaron su salud. El 10 su hermano Daniel y su sobrino Daniel Uriguen Uriguen la llevaron a descansar a la casa de Paute y empeoró por el presentimiento de que moriría su hermano, como efectivamente ocurrió a la semana siguiente durante el ataque a Cuenca.

Esto le ocasionó un gran dolor pues siempre se habían querido mucho. El 96 volvieron los conservadores a alzarse contra el gobierno liberal y el 24 de Agosto entró el ejército en Cuenca. Matovelle y otros políticos fueron desterrados. La Orden de los Oblatos sufrió menoscabo hasta su regreso a Cuenca en l.902 cuando retomó la dirección y volvió a trabajar con los suyos.

La Madre Amalia formuló sus votos perpetuos el 27 de Septiembre de l.908. Como fuentes de conocimiento a su labor educativa empleaba las lecturas comunitarias, las prácticas doctrinales dominicanas, los retiros predicados y meditaciones piadosas.

Su Generalato duró hasta l.92l, época en que creyó oportuno ceder el mando a la Madre Angélica Corral, permaneciendo unicamente como su ayudante, dejaba a la Comunidad fortalecida con Casas en Paute, Biblián, Girón y Deleg donde se dictaban clases en quichua para las niñas indígenas y en español para las demás y talleres para las domésticas. Era una educación elemental pero útil para una sección del país que no contaba con suficientes profesores.

En l.930, al fallecer de derrame cerebral la hermana Corral, fue electa por segunda ocasión y pudo fundar en l.933 tres casas en Quito y el 39 una en Charasol provincia del Cañar. En Noviembre del 33 sufrió el tifus que soló las comarcas azuayas pero se recuperó totalmente. Era una monja serena y alegre con sus ochentitres años encima, que vivía haciendo el bien, resignada a la pobreza general y de su Congregación, porque el país atravesaba una larga etapa de contínuas penurias económicas; mas, lo mejor de su personalidad era la ternura que usaba en el trato con los demás, por eso se ha escrito que su persona era el con junto de la austeridad unida al candor y la dulzura de un singular don de gentes.

En l.942 fue sucedida en el Generalato por la Hermana Josefa Iñiguez pues sus noventiun años de edad ya no le permitían trabajar con la misma intensidad de siempre. El 46 acaeció un trágico accidente a una avioneta Andesa frente a la casa central de las Oblatas y se conmocionó tanto que desde entonces permaneció sin salir de su celda, falleciendo tres meses después , a las tres de la mañana del l2 de Abril de l.948, de casi 97 años de edad, rezando su motete eucarístico preferido, coreado por sus hermanas y que dice: Volemos, volemos al cielo alma mia, buscando a Maria y ansiandola ver. El sepelio fue numeroso y en todos los presentes se notó un dejo de tristeza y melancolía.
( 1 ) En l.884, Matovelle, dejandose llevar por su optimismo, había fundado en Azogues la Congregación de Oblatas del Divino Amor que devino en fracaso cuando retornó a Cuenca. Este fue su primer intento por establecer una rama femenina de su Congregación.

( 2 ) Matovelle tenía el prurito de sentir que su Patria era amenazada por la impiedad como él solía llamar a los anticlericales ecuatorianos, pues no creía en la pluralidad de ideas.
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El  Decreto No. 8 de la Vida Formativa, el XXV Capítulo General,  nombró como patrona del Noviciado a la Madre Amalia Urigüen, Cofundadora de la Congregación; fue la primera Maestra de Novicias, primera Superiora General; verdadero testimonio de Inmolación, Serena y heroica, austera consigo misma, y blanda con las demás, amante de la Eucaristía y de la Santísima Virgen de los Dolores.
Actualmente estamos empeñadas en iniciar la Causa de Beatificación de nuestra Madre Cofundadora.

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